El sistema de nombres de Internet sale de la esfera de influencia de EE UU
Por: Álvaro Ibáñez ‘Alvy’
Publicado en: El País/Tecnología
En el globalizado mundo de Internet hay muchos sistemas técnicos tras los que hay un equipo que representa a la comunidad de usuarios o a las empresas privadas que hacen que todo funcione de forma coordinada y fluida. Muchos de estos sistemas han estado ligados durante las últimas décadas a los Estados Unidos, pero cada vez son más los que pasan al control de entidades sin ánimo de lucro de carácter internacional, sobre las que ni los Estados Unidos ni otros gobiernos pueden ejercer decisiones unilaterales, presiones u otro tipo de acciones.
El día de hoy, 1 de octubre de 2016, se marcó hace un par de años como el día de transición para la cesión del control del DNS (Sistema de Nombres de Dominio) según requería el gobierno federal de los Estados Unidos. La entidad encargada a partir de ahora será la ICANN (la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números), que ya operaba las funciones de la IANA (Autoridad de Números Asignados de Internet) mediante un contrato, que expira en esa misma fecha. De esta forma, la ICANN continuará su camino sin influencia gubernamental estadounidense, actuando de forma privada como una entidad sin ánimo de lucro a nivel internacional.
Todo esto puede parecer un barullo de demasiadas siglas, pero pasando por alto algunos tecnicismos y asuntos legales es fácil de entender.
El DNS es considerado una de las joyas de la corona de Internet en cuanto a su relevancia. Es un registro de las equivalencias entre los números IP que utilizan los routers y equipos conectados (como por ejemplo 91.216.63.240) a nombres más fáciles de recordar y de escribir (comoelpais.com). Cada vez que se teclea una dirección para visitarla, se envía un correo, hace clic en un hiperenlace o una app solicita contenidos a un servidor se está utilizando el DNS para convertir esos nombres en números IP.
Si el DNS no funciona, prácticamente nada funciona. De hecho, el DNS se replica por instalaciones de todo el mundo en empresas de telecomunicaciones y otras entidades (como ESpanix) para garantizar que siempre funcione, aunque laversión maestra estará siempre controlada por la ICANN.
Tormenta política sin muchos conocimientos técnicos
Esto lleva tiempo desatando cierta polémica dado que en la práctica supone para los Estados Unidos renunciar a su «control» sobre parte de Internet y de hecho hace una década ni siquiera se planteaban ceder ese control técnico. También se sugirió que la ONU, a través de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, fuera la responsable última de gestionar este importante sistema global.
En Estados Unidos políticos como el republicano Ted Cruz llegaron a plantear una propuesta de ley para «evitar que la administración Obama regale Internet a una organización global que permitiría a 160 países tener más influencia en la gestión y operación de Internet». Hasta Donald Trump saltó a la palestra diciendo que la transición «supondría ceder el control de Internet a las Naciones Unidas y la comunidad Internacional». Los demócratas tuvieron que responderle: «Los Estados Unidos no controlan Internet. Nunca lo han hecho. La transición protege a la red de los controles autoritarios».
Al respecto también se ha dejado oír la voz de Tim Berners-Lee, el co-inventor de la Web, probablemente lo más visible y conocido de Internet, quien recordó que el DNS cuya gestión se está cediendo «no es nada más que un catálogo: no es algo que controle el contenido cuando se llega a una web. Y ya hay países, como Rusia, en los que por otros medios se censura qué páginas se pueden ver o cuáles no, sin que tenga que intervenir la ICANN».
Resulta en cierto modo irónico, además, que en medio de toda esta defensa de algo «inventado por Estados Unidos» sea Berners-Lee, un británico que inventó la Web en los laboratorios del CERN europeo, con sede en Suiza, quien haya tenido que salir a poner los puntos sobre las íes.